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SEGURO DE VIDA Y GLAMOUR

Sin comentarios junio 2, 2020

¿Te resulta glamuroso decir que tienes un seguro de vida de 500.000 euros?, ¿te parece un signo de distinción social?. Pues no hay nada de especial en ello, nada de lo que presumir ni nada de divertido. No es un coche o unos zapatos de marca, no es pertenecer a un distinguido club, solo es un signo de responsabilidad y generosidad hacia las personas que te importan, hacia aquellos para los que imaginaste un futuro y una vida idealizada por ti, y es lo más importante que puedes hacer por tu familia y seres queridos.

El seguro de vida es una parte más de ella, como pagar impuestos, comprar una casa o un coche, suscribir una hipoteca, pagar una matrícula universitaria. No hay nada de extraordinario ni agradable en ello, simplemente es un proceso esencial y necesario. ¿Acaso eludimos pagar cada año nuestro IRPF rumbo a las arcas del estado?, entonces ¿Qué sentido hay en no considerar el seguro de vida como una obligación más en nuestro paseo por este mundo?. Está claro que si no pagamos nuestros impuestos tarde o temprano nos lo quitarán de la cuenta sin pedir permiso, pero, también lo está saber que si desaparecemos un día, aquellos por los que hemos luchado, si en cierto modo dependen de nosotros, lo perderán todo. Imaginemos a nuestro hijo cogiendo nuestra mano para cruzar la calle, ahora miremos esa nueva foto sin nosotros.

PLANIFICACIÓN FINANCIERA, esa es la cuestión, tan simple como dedicar media hora al futuro de nuestra familia y describir un escenario probable, real y cierto. ¿El momento de planificar?, ayer, no esperes a que ocurra algo en tu entorno para darte cuenta de ello.

Ser consciente de la necesidad de un seguro de vida es responder a unas simples preguntas, pero todas se sustentan en una sola, ¿Puede afectar económicamente a alguien en mi entorno, mi repentina muerte?. Está claro que habría mucha gente triste y desolada, pero eso se pasa con el tiempo y la resignación, sin embargo, las dificultades económicas trastocan y desdibujan ese proyecto de vida que tienes en tu mente para los tuyos. Tus deudas y obligaciones entorpecerán a tus seres próximos. Tus hijos, cónyuge o padres tendrán que terminar de pagar tus trampas mientras tú descansas eternamente. Pero, y esta es la cuestión definitiva, pondrás en riesgo a tus hijos y en definitiva a toda tu familia.

Saber cuánto cuesta nuestra vida es un cálculo obligado, igual que saber cuánto podemos gastar con nuestros ingresos, pero siempre es mejor dejarse aconsejar por un profesional, un asesor financiero y patrimonial. Edad y profesión, pensiones de viudedad y orfandad, periodos cotizados, regímenes sociales, endeudamiento, situación laboral, edad de los hijos, empresas y sociedades participadas, planes de continuación mercantil. No es una cuestión fácil, pero un comienzo es multiplicar tus ingresos anuales entre 6 y 10 veces. Si además posees actividades empresariales y profesionales, participaciones en empresas, negocios y otros intereses, la cantidad debería subir considerablemente.

Existe multitud de de opciones para contratar un seguro de vida, no solo modalidades de seguros, sino una amplia oferta de compañías aseguradoras con nichos de mercado y ventajas competitivas en diferentes sectores de población. Sin embargo, y según mi experiencia, hay dos pautas que indiscutiblemente deberían seguirse:

La primera, es la de recibir asesoramiento experto, por mucho que leamos en internet, el asesor financiero y patrimonial independiente, es la persona adecuada para orientarnos en nuestra compra, y en este punto, me perdonarán los agentes exclusivos de seguros, debemos tener una imagen imparcial y general del mercado asegurador. Cada persona representa una realidad muy diferente a la de otra, y una compañía de seguros determinada, no necesariamente tendrá el producto que más se ajusta a tus intereses. El agente exclusivo tratará de realizar la contratación con la póliza que ofrezca su compañía, mientras que el corredor de seguros podrá elegir entre las opciones que más se ajusten a las necesidades del comprador.

En consonancia con lo anterior, si bien las últimas reformas del sistema financiero, en concreto, la nueva  Ley de Distribución de Seguros y Reaseguros Privados, con el que se transpone la Directiva 2016/97 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de enero de 2016 que sustituye a la actual Ley 26/2006 de Mediación de Seguros y Reaseguros Privados, permite a nuevos actores vender seguros, considero que el canal adecuado de contratación es la del agente o corredor de compañías de seguros y en este sentido desaconsejo la opción de banca-seguro. En primer lugar por el sobreprecio en las primas que a veces llega al 70%, en segundo lugar por la falta de profesionalización generalizada por cuestiones elementales; falta de tiempo y dedicación al seguro (normalmente el empleado de caja es el que propone el seguro), presión por los objetivos en las sucursales bancarias (responden a campañas masivas con listado de clientes y leads), y por último por el desajuste de los contratos con las necesidades de sus clientes (seguros que solo cubren capitales de acreedores financieros, coberturas insuficientes, exclusiones elementales).

Y mi opinión no solo se basa en conceptos de profesionalización y orientación al cliente. El sector asegurador es robusto, rentable y solvente. Supone algo más del 5% del PIB de la economía española. No solo ha sabido escapar de la crisis más holgadamente que la banca, sino que ha sido capaz de generar empleo y adquirir deuda pública. En 2.018, el sector ha crecido en primas por encima de la economía (3,94%) en los productos de no vida, y en los productos de vida riesgo lo ha hecho por encima del 12%.

El sector asegurador se ha mostrado más solvente que el bancario. Ninguna aseguradora ha tenido que ser rescatada por los poderes públicos, 500.000 nuevos profesionales se emplearon durante los años de la crisis y los niveles de solvencia han estado durante todo el periodo por encima de los exigidos.

Pero volviendo al SEGURO DE VIDA, y concluyendo debemos comprender la contratación del mismo como una compra cara (no tanto como un seguro de coche a todo riesgo sin franquicia) y  que nos acompañará durante muchos años (entre 15 y 20).

Mis últimos consejos serían; - revisar cada cierto periodo nuestra póliza de vida, sobre todo en precio, coberturas, capitales y compañía aseguradora. - Ten más de una póliza de seguro de vida y en diferentes compañías. - Reparte el riesgo entre compañías y obtén beneficios por sumas aseguradas de importes inferiores, tales como requisitos médicos y de salud, sobreprima por altos capitales, exclusiones, siniestros etc. - No te conformes con la póliza del banco para tu hipoteca (en caso de muerte, solo el banco resuelve su problema) o la póliza de empresa (desconoces si la empresa se encuentra al corriente, si ha modificado capitales o condiciones, y tampoco estarás para discutirlo). - Contrata tu seguro de vida mientras más joven mejor, no esperes a tener más de 50 y soportar precios más altos. – Haz la previsión de asegurar la invalidez y vida de forma independiente para no anular el contrato de vida en caso de una incapacidad permanente total – Haz el cálculo de ahorro en intereses y el sobre precio pagado por una póliza suscrita con un banco (te sorprenderás) y por último, consulta con un asesor especializado en planificación financiera y protección personal y patrimonial.

Juan Torrecillas

Economista y Corredor de Seguros.

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